sábado, 23 de febrero de 2008

En pocos días

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Beso desde Portugal!

Romina Rebolledo dijo...

Gracias, bella!!

Romina Rebolledo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

El violinista piensa que vivir es sólo eso: buscar. Pero no para encontrar: buscar para entender. Encontrar es algo casual, irrelevante. Encontrar no aporta nada, porque no tiene nada que ver con la búsqueda. Encontrar es algo que le puede pasar a cualquiera, sin querer.

El violinista piensa que se debe buscar para entender. O, por mejor decir, para entenderse uno mismo. Esa búsqueda por el entendimiento propio es irrenunciable. Quién renuncia a buscarse, a entenderse, desprecia su vida de algún modo. La devalúa.

Uno está vivo mientras sigue buscando, mientras quedan incógnitas, mientras le quedan dentro recovecos ignotos aún inexplorados.

Toda búsqueda es por tanto interior, hacia adentro, en uno mismo. Puede que el arte sólo sea la expresión social de esa búsqueda individual, intimista. Pero el violinista no está seguro.

Tu apuesta es arriesgada, valiente. Sólo tú podrás decir si merece la pena o si la búsqueda debe continuar por otros derroteros.

Romina Rebolledo dijo...

Romina piensa, que cualquiera que sea la búsqueda, ésta debe continuar en cualquiera de los derroteros, ámbitos y territorios posibles… el fin o el sentido de toda esa búsqueda, aún es un cuerpo amorfo y sin definir… Romina piensa, que cuando ese cuerpo impreciso consiga cierta forma, toda esta exploración y búsquedas irán cesando poco a poco o bien cambiando nuevamente su rumbo…

Anónimo dijo...

La búsqueda debe continuar. Es todo lo que tenemos. Tal vez es todo lo que somos. En algún lugar de tu blog se lee una cita que sugiere que nuestras vidas están hechas de tiempo, que es lo único que realmente tenemos.
Antonio Gala afirma:

"Es la vida la que nos posee a nosotros, no nosotros a ella: somos su cauce y su utensilio"
(Antonio Gala, de su libro la Soledad Sonora).

Tal vez lo único cierto es que no sabemos qué son nuestras vidas. Y por eso buscamos. El arte, la ciencia, la filosofía, la religión... todo es una búsqueda. Lo que el violinista expresa en su comentario anterior es que sólo los necios parecen no buscar.